“Una mañana le disparé a un elefante, estando todavía en piyama… cómo hizo el elefante para ponerse la piyama, no lo sé”.
Hilarante es una palabra que a mí me encanta. Delirante. Un hilo delirante. Cosa tan difícil de lograr, porque la genialidad es doble cuando resulta hilarante como la de Groucho, la estrella más brillante de los hermanos Marx. Además de lanzar retahílas de frases chisposas chistosas como la de arriba, Groucho, quien con su familia de cómicos neoyorquinos pasó de las tablas del Brodway al cine, también escribía.
Aquí tres textos: Grouchismo, El tío Julius y Sólo hay espacio de pie, publicados en el New York Post, Hollywood Reporter y This Week y republicados en español por la revista colombiana El malpensante, relinqueada aquí abajo…
No se ría. Limítese sólo a sonreír leyéndolo… si puede… Aquí abajo el link de los textos: