El dominicano, que muchos.as contentos como yo andamos leyendo, dice que es lento para escribir.
Después del Pulitzer, que se ganó, y una beca de la Fundación MacArthur, que le dio medio millón de dólares para seguirse inspirando “sin compromiso”, con los pies y los recuerdos sobre su proceso de trabajo muy en la tierra, se sabe un inmigrante escritor, que por supuesto necesita testigos, aunque no necesariamente toda la fama a la que igual está llegando.
“Me pasé 11 años escribiéndome una novela, y durante esos once años a nadie le importaba lo que yo estaba haciendo. ¿Verdad? Cuando Oscar Wao salió como novela, yo te digo man, las reseñas eran malísimas y también eran muy indiferentes. Vendí casi ningún libro. Sólo le vendía a los nerds dominicanos y a algún profesor”, dice en una entrevista que le hace la revista Ñ del Clarín de Argentina a la que también le habla de esa identidad embolatada y compleja de los latinoamericanos en E.U. y de los diferentes tipos de escritores, que no por escribir mucho escriben más.
“Hay escritores que nunca van a tener problema en escribir un chorro de mierda. Y hay otros escritores que hacen dos libros en su vida entera…”.
“…Ellos pensaban que eran lo cool, eran los hipsters de México. Y llegan aquí y el odio que tiene este pueblo contra los mexicanos los convierte en los nacionalistas más grandes que tú has visto en tu vida”, le dice a Ñ.
Además de lo que escribe me gustan muchas de las ideas que lanza en entrevistas, por eso posteo esta, la de Ñ de Clarín: Junot Díaz: “La única cosa valiosa mañana va a ser tu obra”