Esto fue un día en Aroma y Tanga, disfrazada de colegiala, atendiendo mesas sólo por la curiosidad de saber qué cosas pasan y qué de dirían los tipos a las meseras con poca ropa, pasada la noche y con varios tragos encima, en un café con piernas. Me encargaron escribir algo sobre estos sitios, así que fue lo que se me ocurrió, en realidad era lo único que quedaba (no había nada más qué inventar) del tema ya había hablado todo el mundo, incluido nuestro popular Pirry. Una terapia de choque a mi timidez con trago gratis. Papá, !Las de las fotos medio en pelota no soy yo! Ya quisiera un bronceado así. Las caras se les tapó a algunas chicas que pidieron proteger su privacidad.
Una noche en Aroma y Tanga (la nota aquí, click click)